Solo asimilar los conocimientos y reglas que aquí se explican ya va a poner a los lectores en una posición mejor que la que tenían antes de comenzar la lectura, al darles una mayor capacidad de análisis psicológico, tanto de sí como de las relaciones entre las personas.
Cuando un individuo se siente nervioso, o está preocupado, muerde sus labios antes de comunicar lo que piensa. Un ademán mal visto por el resto que genera un rechazo para quienes lo observan, sobre todo a las mujeres.
Sí este hombre me daba una respuesta, era esta: No busque en mí el secreto de esta sexualidad fascinante. Búsquelo en la relación de pareja que tenemos con mi esposa. En que nos amamos, y absolutamente nadie nos ha condicionado en de qué forma debemos amarnos.
Y si mi carita te enamorará, mi cuerpo te va a perder. Una mujer llena de formas sinuosas, con una delicada piel que cubre unos finísimos senos y un trasero artístico. Lo demás espero que lo descubras con tus labios …
En otro aspecto, una de las razones por la cuales la amedrentad es causa de pudor, es pues a bastantes personas molesta el hecho de mostrarse en forma íntegra a otro, no es moco de pavo para todos desnudar sus cuerpos en frente de otro.
Nada más abrir la puerta del piso supe que Yi Xi estaba dentro. El olor de su comida china es inconfundible. Le gusta cocinar y todas y cada una de las noches me sorprende con alguna nueva exquisitez de su gastronomía, muy, muy diferente a la que estamos acostumbrados a tragar en los restoranes chinos de distrito.
Puedo usar un aparato para masajes manual mientras que me masturbo. Lo tomo con una mano y lo apoyo sobre la mano que cubre mi pene, así las vibraciones pasan indirectamente a mi pene y no son tan fuertes.
En un caso así, deberíamos ampliar nuestro término del temor entendiéndolo como un mecanismo de defensa natural tendiente a protegernos por medio de la anticipación del riesgo, del dolor o bien el displacer. Y este temor al dolor o bien al displacer es aprendido en la medida que vamos medrando.
En el momento en que estés saciado, goza del resplandor. Acurrúcate totalmente desnudo y pegajoso por un rato y habla sobre todo lo que acabas de experimentar. Disfrute de la compañía del otro y váyase a dormir, ¡o quizá haga panqueques y tortillas! Te lo mereces.
Puedes ir a tu ritmo en todos y cada uno de los aspectos de tu vida sin afectar los planes o ilusiones de alguien más, incluso puedes mudar de rumbo o bien enfoque en el momento que desees sin tener la necesidad de someter a una segunda opinión o evaluación de tus decisiones.
