Y la primera pregunta clave suele ser: ¿cómo nací ?
En tal sentido, no resulta aconsejable imponer mejoras a nuestra otra mitad. En una relación sana nada se debe efectuar de forma obligada, por el contrario, he de ser producto de un acuerdo mutuo y de la voluntad para gustar al otro sin que esto implique hacerse daño igualmente.
