Una buena forma de conseguirlo es invitarla a lugares exclusivos
Se dio cuenta que él tenía una mano en los pantalones. Ya había comenzado a pajearse, y se notaba meridianamente el bulto de su polla en los vaqueros. David no dejaba de sonreír, y si bien ella había detenido el espectáculo desde que lo oyó, el aún proseguía tocándose.