La interrumpió: Como es natural, lo comprendo perfectamente. Ponte la camisa que empleaste la otra noche. Hay algunas sombrillas que he reservado para nosotros. Tengo miedo de que con tu piel tan pálida te quemes. Traiga protector solar. Ahora ve a vestirte.
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Las restricciones, dentro de unos factores objetivos que habremos establecido, se reducen al mínimo exponente. No existen restricciones de edad, de género, de status social, físicas, cognitivas, intelectuales o bien de alguna otra naturaleza.
Este improvisado sistema de retención debajo de la cama funcionará en el caso de necesidad; no obstante, si tiene el beneficio de un cabecero y un reposapiés, puede ser más fácil asegurar cada tramo de cuerda a los que mantienen un sumiso en la posición de águila extendida.
Los penes pueden parecer bastante fáciles de entender, pero cuanto más sepa sobre el sexo, mejor se va a poner. Esto quiere decir que saber un poco más sobre la anatomía masculina puede hacer que el sexo sea más agradable para los dos.
De las 3 opciones explicaré la que más frustración acarrea, que es la primera, que te guste. Si te gusta, y a él le agradas, todo perfecto. El problema surge cuando no sabes si le agradas, o sí le agradas mas, luego, parece cambiar de opinión.
Las emociones femeninas son más fuertes que su lógica, y la clave está en que toda vez que una mujer quiera meter lógica a la conversación, le responderá con emociones, y de esta manera ganará el juego siempre y en todo momento.
Un sitio extraño y romántico, una playa desierta o al revés bien frecuentada, una selva tropical, en el tren o el metro, un elevador, un lugar público, o mientras se está en un lugar prohibido, una montaña nevada o bien al pie de una chimenea, la excentricidad del lugar no es una limitante.
Esto va a ser un intercambio. Necesitarás un trozo de seda para cubrir tus ojos. Si quieres, trae la comida favorita de tu pareja. Elige algo maduro y sensual, como un mango o bien un melocotón jugoso, o bien algo rico, como el chocolate. Las instrucciones son para el donante a menos que se indique lo opuesto.
Los denominados adeptos al amor (realmente adeptos a la felilatilamina), que no han de ser confundidos con los adeptos al sexo, acostumbran a ser víctimas de un mecanismo tremendo de aclimatación por el que precisan siempre y en toda circunstancia más y más de lo mismo, consiguiendo cada vez menos efectos por el mismo proceso.
