La verdad es que es verdaderamente adictiva, uf,,
Missy Chloe, ¿podrías por favor cortarme las tetas?, susurró, apreciando la sonrisa casi desalmada en la cara de las jóvenes. Chloe detestaba lavar el cabello de las mujeres ricas y tener que sonreír y hacer todo lo que resulta posible por ellas. Iba a gozar de este lavado.